¿Sabemos realmente qué está sucediendo en lo que a educación nos referimos?
Clara queda mi opinión que el sistema oposiciones-funcionariado es una lacra, una losa que crea una profesión de “conveniencia” (‘me conviene ser maestro’, versus ‘quiero ser maestro’) que, por tanto, está matando la vocación.
Pero, ¿cuál es la problemática que se encuentran los PROFESIONALES educativos (¡oye! Que los hay también y muy buenos) en la realidad del día a día?
Para empezar tenemos un sistema educativo que ha suprimido que un alumno repita y se le vaya pasando de curso incluso suspendiendo cuatro asignaturas. Perdón, pero en función de la atención individualizada al alumnado, la posibilidad de que un alumno repita curso puede ser hasta necesario para el beneficio del mismo… ¡y no pasa nada! Hay veces que padres se niegan a llevar a sus hijos a que realicen la Educación Infantil (que no es obligatoria) y luego nos encontramos alumnos en primero de primaria que ni siquiera saben las vocales. Obviamente llevará un retraso en función al resto, escolarizado desde los tres años, y tarde o temprano ese niño terminará repitiendo, pero no porque sea torpe ni mucho menos, si no para que alcance el nivel que necesita para su perfecto desarrollo académico.
Y se supone que en los colegios hay educadores de apoyo (uno o si hay suerte dos), los profesores de educación especial. Pero, ¿qué y cómo apoyan si los mandan a sustituir a una clase cuando hay algún maestro que no ha podido ir a clase? No se encargan de hacer propiamente sus funciones, si no de parchear. El profesor de apoyo se debería dedicar a la atención a esos alumnos con la antiguas “necesidades educativas especiales”, única y exclusivamente. Y hay una ley de programaciones de apoyo, pero… ¡¡¡si no hay apoyo educativo!!!!
También se usan las dos horas libres a la semana que tiene un profesor durante la jornada laboral a sustituir que no haya venido a trabajar ese día, en vez que ese maestro (y me refiero al profesional que se preocupa, no al que va a cobrar y echar días atrás) utilice esas horas productivamente.
¿Por qué la administración no envía profesores sustitutos? Eso que se llaman interinos. ¿Sabíais que si un profesor, por ejemplo, se casa y coge sus quince días de vacaciones no mandan a un profesor sustituto? El colegio se puede “comer” esa quincena sin profesor sustituto ¡y eso es lo que hay!, teniendo que hacer encaje de bolillos para cubrir ese hueco. ¿Y si coincide con otro maestro que está de baja diez días? Pues el apoyo coge una clase o se reparten los niños por otras clases… ¿qué atención individualizada buena se puede dar a un alumno cuando hay 28 niños por clase y encima te distribuyen alumnos en tu aula? La ratio perfecta debería ser de quince alumnos por clase…pero eso implicaría tener la necesidad de más personal y recursos…y eso cuesta dinero.
¿Por qué no se crea la función del “profesor sustituto” al igual que el profesor de apoyo, de música o de educación física, por ejemplo, pero éste que se encargue de sustituciones, etc.?, ya que, por desgracia en casi todos los colegios hay esos personajes que se dedican a ser maestros para cobrar a fin de mes y se piden bajas constantemente pasando tres meses, vuelven a trabajar y a las dos semanas ¡otros tres meses de baja! ¿Por que no se Inspecciona eso? Aparte de que no se puede hacer mucho, los inspectores educativos lo son porque están cansados de niños y extasiados de la enseñanza. Me explico con eso de que no se puede hacer mucho: ha habido casos denunciados de un profesor que se ha llevado DOS AÑOS sin ir a trabajar porque no quería; ¡ojo! Porque no quería, ni baja médica ni nada. ¡¡¡DOS AÑOS!!! Hubo juicio y ¿qué? Pues nada, se le cambió de colegio y punto. ¿Se me entiende ahora el por qué dije que a un profesor no se le echa ni con agua caliente? Pues actualmente hay un caso en concreto de una profesora que, “casualmente” el 90% de los lunes se pone mala… ¡qué casualidad! Vamos por Dios Santo. O es que somos ciegos (y me refiero ya a los propios “compañeros”).
A todo esto se une el uso político para la obtención de votos en épocas de campaña. Esta legislatura nos va a meter más clases de Inglés (necesario, a todo esto)… pero quitamos horas a Educación Física; ¡y luego nos quejamos de que hay más y más obesidad infantil! Eso vuelve a ser Parchear, se la quito a una para dársela a otro. Y en la legislatura que viene a lo mejor quieren potenciar la Educación Musical y se las quitarán a plástica… ¡yo qué sé! Siempre lo mismo. Y lo mejor de todo es que los especialistas no se dedican única y exclusivamente a su especialidad. Lo mismo hay un profe de 60 años dando Educación Física porque es más cómodo darle un balón… ¡y a jugar!, como hay un profesor de música que tiene que dar lengua, matemáticas, conocimiento del medio, etc.… Especialistas a sus especialidades, por favor.
¡Y es que faltan recursos! Y luego hay un condicionante añadido. Se nos exigen centros TIC (nuevas tecnologías, bla bla bla…). Muy bien, pero luego los ordenadores no se utilizan, no se usan. Más aún cuando hay de esos “profesionales maestros” que se niegan a aprender su uso; frases como “¿yo a mi edad me voy a poner a aprender a usarlos?” ha sido una frase bien oída.
Hay muchos por qués, ¿verdad?
Y ahora nos inventan la normativa para el fracaso escolar de comenzar el curso el 7 de Septiembre. ¡Ja! Pero si no están las plantillas completas el 15 de Septiembre cuando se empieza el curso, ¿van a estar el 7? A ver quién le dice a un funcionario de la administración pública que empiece a trabajar antes en Agosto. Eso no se lo cree ni el que inventó esa normativa. Para evitar el fracaso escolar hay muchas mejores cosas que hacer: Más recursos humanos (que hay muchos profesores buenos en el paro o trabajando en otras cosas), más recursos materiales (más colegios, por ejemplo), clases de 15 alumnos, más implicación, fuera las oposiciones y fuera el sistema de funcionario que no me echan ni con agua caliente (así se eliminará la frase “ya aprobé las oposiciones, ahora a reírme de la vida”), Licenciatura de Magisterio, que se termine la carrera y no se me enseñe mejor en una academia de oposiciones 9 meses que en toda la diplomatura, que en la carrera de magisterio, a parte de enseñarme qué es el síndrome de down, por ejemplo, se nos enseñe qué hacer en el aula y cómo trabajar con ese alumno, que la familia se implique mucho más, que escuela y familia vayan cogidas de la mano.
Y para concluir, reseñar que la valoración social del maestro ha bajado mucho, ya sea por esos “profesionales” “implicados” (se nota la ironía, ¿no?), por el sistema que hay, o quién sabe. Debido a eso el verdadero profesional acaba quemado, pero hay que seguir luchando por ello. Y una cosa que nadie dice: el profesor realmente implicado casi trabaja más en casa por las tardes que en la misma escuela. Que todo aquel que dice “¡qué bien viven los maestros!” recuerden eso y que te lleguen padres gritando porque has castigado a su hijo (ya hablaremos de la falta de límites en los niños y jóvenes hoy en día en otro momento).
Curiosamente todas las medidas que propone suponen un aumento de personal y de flexibilización, o sea, privatización encubierta y nombramiento según intereses concretos y no generales. ¿Para cuando dedicará usted su tiempo a estudiar y a superar unas pruebas objetivas que le acrediten la cualificación?
ResponderEliminarPor Fernando Javier Cabello Nodal. El Autor no se esconde.
ResponderEliminarCómo escuece, ¿verdad? Precisamente, si se leyese bien el texto y lo analizase en conciencia, (no con mentalidad de "profesional" funcionariado) se piden más medios por parte de la administración (más personal, más colegios, más recursos, además de más implicación familiar, etc... DICHO POR MAESTROS QUE TRABAJAN COMO FUNCIONARIOS DESDE HACE AÑOS), no de que se privatice absolutamente nada ni que se nombren cargos en función de intereses.
Y a no ser que usted sea mi padre (ni aun siéndolo) con qué derecho se cree a darme "consejos" a unas irrisorias pruebas las cuales usted las llama Objetivas (ja ja), cuando se han demostrado muuuuuchos casos de enchufismo en las oposiciones. ¡Ay que se le ve el plumero! ¿Eso implica que un diplomado en magisterio no está para usted cualificado hasta que aprueba unas oposiciones? Pues afirmando eso me da la razón. El sistema no funciona: después de estar tres años en la universidad estudiando una de las profesiones más importantes y bonitas, NO SE ESTÁ CUALIFICADO...gracias por darme la razón. :)
Pd. Mi cualificación está más que acreditada... ¿le enseño mi currículum de cuatro páginas con más de 7 años dedicados a la educación? LAS OPOSICIONES NO SON EL CULMEN NI EL NIRVANA DE LA VIDA...recuérdelo "profesional" "cualificado".
¡Vaya, vaya! Resulta que los funcionarios además de unos vagos peseteros son unos enchufados por haber aprobado unas oposiciones. Espero que sea lo suficientemente valiente para decírselo a la cara a los profesores que le dieron la sólida formación de la que presume o a los de sus hijos cuando los lleve al colegio.
ResponderEliminarUsted hará todos los comentarios que quiera, pero Fernando tiene más razón que un santo.
ResponderEliminarLos santos tienen de todo menos la razón. Harán milagros según beatas, capillitas y usted, pero científicos racionales no lo son.
ResponderEliminarEl Sr. Cabello Nadal ha pasado del verbo intenso y florido al silencio más inmutable. ¿Falta de argumentos?
ResponderEliminarP.D. Lo importante es lo que se dice, no quién lo dice, sea anónimo o nominal ¿o es que para usted es importante el principio de autoridad?
El Señor Cabello NODAL (no soy primo del tenista) no pasa al silencio, simplemente no quiere usar la sección de comentarios a un artículo como blog de acusaciones libres... seguiré escribiendo, sin duda. Seguiré poniendo nerviosos con algunas verdades a aquellos que se intentan defender más que con argumentos con faltas.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por preocuparos. ;)
Cuánta verdad y realidad (triste por cierto) hay en lo que has escrito...
ResponderEliminarQuiza su articulo sea fruto de una frustracion por no haber superado las oposiciones.
EliminarNo basta con la vocacion para ser un buen profesional,