miércoles, 4 de marzo de 2009

EL FUNCIONARIADO ESTÁ MATANDO LA VOCACIÓN. CAP. II

LO QUE MUCHOS PIENSAN Y POCOS SE ATREVEN A DECIR
Por Fernando Javier Cabello Nodal, Maestro por Vocación.
¿Y de la Educación Secundaria no se habla? Ahí también tenemos un gran problema. Parece que está de moda desde hace ya algunos años la frase “me han puesto un parte”, “ya llevo tres partes” o “me han expulsado dos semanas”.
No hace mucho tiempo que estuve en B.U.P. y C.O.U. y no recuerdo que nos hayan expulsado nunca, ni a mí ni a mis compañeros. Sólo nos hicieron ir una tarde como castigo por echar goma de borrar al radiador… ¡y le teníamos un respeto (que no miedo) a los profesores! Y sin rechistar fuimos y nadie cuestionó el grado del castigo; sabíamos que lo que hicimos estuvo mal. Hecho-consecuencia que se llama: hago algo mal, sé que algo malo puede venir. Aunque sabemos que la cosa hoy en día ha cambiado y no es como antes. Ya se lo decía yo a mis padres, “eso era antes”.
Pero en fin, que me enredo y no voy al origen de mi intención. Expulsados de colegios. ¿Sabemos que si no llevamos a nuestros hijos menores de 16 años al colegio es ilegal y se nos echarían servicios sociales encima? (muy lógicamente). Pues, ¿por qué no es ilegal que un instituto expulse y le prohíba la entrada al menor? Además, está “de moda” lo antes nombrado de partes y expulsiones. Yo estuve trabajando con colectivos de menores y jóvenes en riesgo social y era semanal la frase “el profesor me ha puesto dos partes” y “me han expulsado una semana”. ¿Todo esto para qué sirve? Hay que tener muy en cuenta (y aplicando el sentido común y la empatía) que si yo soy un menor con diversos problemas y si no quiero ir al instituto voy a hacer lo posible para que me expulsen y me quede todas las mañanitas en mi casa jugando a la play, chateando, etc. ¿Es esa la solución? Respóndase usted mismo.
Si un menor en clase da “la lata” es porque tiene algún tipo de necesidad; esa es la persona que necesita más atención, el que más problemas tiene, el que más carencias posee, el que más ayuda necesita. Pero es muuuuy fácil quitárselo de encima cuanto antes mejor para que no me dé la tabarra y quedarme con los alumnos que estudien, estén callados y no den ruido… ¿discriminación y sectarismo se podría llamar?
Qué sencillo es eso, ¿verdad? Cualquiera lo hace; lo realmente difícil y loable es crear un grupo, guiar y reconducir conductas prestando atención individualizada a todos los alumnos e implicarse de verdad. Hay que buscar las inquietudes de cada uno e intentar satisfacerlas o mostrar el abanico de posibilidades enganchando a ese menor o grupo de menores al proyecto en el que se cree. Ahora bien, hay que creer en ese proyecto.
Pues aquí llega la palabra FUNCIONARIADO. La figura de profesor de secundaria está mal planteada desde el origen, desde la raíz. La cosa es bien sencilla, desde mi humilde punto de vista: un licenciado en bilogía, en matemáticas, en filología inglesa, hispánica, en física, en química, etc., al cual le encanta esa especialidad, termina la carrera y se pregunta ¿y ahora qué? Pues hacen un cursillo (porque el C.A.P. o curso de adaptación pedagógica no es más que es un cursillo) que los “habilitan” a ser profesores en ¡¡¡TRES MESES!!!! ¡WOW! Increíble que después de tres meses estés cualificado para ser profesor. Repito: Increíble. Y luego más de lo mismo; estudiar los temas de las oposiciones y aprobarlas. Aquí llega el problema: tengo que enseñar. Ser DOCENTE.
¡Que levante la mano el profesor de secundaria que se metió en, por ejemplo, la licenciatura de matemáticas con el pensamiento de ser PROFESOR DE MATEMÁTICAS DE INSTITUTO! Muy pocos, muy pocos…es una pena.
¿Fracaso escolar?….DEL SISTEMA. No hay más culpables.
Pd. Por cierto… el sistema somos TODOS NOSOTROS.

3 comentarios:

  1. Obviamente usted es un maestro que ha sido incapaz de aprobar unas oposiciones. Cuando lo haga verá que la realidad cotidiana a la que se enfrentan los que usted denosta es muy distinta a la que se imagina.

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  2. Resulta que hay Biologos, por ejemplo, que le apasionan las plantas y que esa pasión es tal que se convierte en obsesión; obsesión que no se puede quedar dentro de un despacho o de un laboratorio disfrutando de los nombres latinos, de la clasificación taxonómica, de sus estambres y de sus pistilos, o teorizando sobre el desarrollo del sotobosque mediterráneo.

    Esa obsesión precisa de ser compartida, precisa llegar a las orejas de adolescentes soñadores y pasionales. Por ello obliga a estas personas, licenciados sobradamente preparados a pasar por el aro de la realidad; a realizar un "cursillito" y a plantearse la docencia. Plantearse dar luz a esos ojos de menores, ayudar a ordenar pensamientos, encauzar emociones, mostrar horizontes y sobre todo mostrar las posibilidades que existen y que tienen delante para que elijan de forma libre.

    Sí señores, son nuestros jóvenes, esos "niñatos" ruidosos son nuestros jóvenes,... ni más "güenos" ni más malos de lo que fuimos nosotros... simplemente diferentes, con otras necesidades y en otro momento social e histórico distinto del que nos tocó crecer a nosotros.

    Pero tocaba hablar de la docencia, de la vocación docente y de la credibilidad y prestigio del profesorado...

    Me alegra mucho leer artículos de este tipo, gente que ve y se preocupa, me niego a pensar que Carmona es una sociedad de ciegos despreocupados, que somos los tres monitos "no veo", "no escucho", "no hablo"...

    Señores/as esto nos toca a todos...y lo es que sabemos cómo hacerlo.

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  3. Hombre, leyendo comentarios del tal madero que no se atreve a dar la cara (a no ser que madero sea un nombre), dudo como lector objetivo que no se ataca injuriando verbalmente a nadie (denostar significa eso ni más ni menos). Se comentan hechos que pasan diariamente y posibles mejoras; si se da por aludido......

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